12/01/2021
Víctor Sanchis (4ºESO D)
En el verano de 2020, justo después de la primera ola de COVID-19, hice un descubrimiento estupendo. Se trata del pumptrack de Santo Espíritu. Es un circuito construido en 2018 para practicar deportes con bicicleta, patines, patinetes y skateboards. Uno de los objetivos es dar la máxima cantidad de vueltas avanzando gracias a la fuerza y el impulso generado por movimientos del cuerpo.
Aunque ahí practiquen deporte personas de todas las edades con diferentes habilidades deportivas, considero que es un lugar seguro.
En primer lugar, es obligatorio llevar un casco lo cual significa una protección importante. Además, está claramente indicado que solo se puede circular en una dirección. Otra norma consiste en que los menores de 13 años, deberían ir acompañados de un adulto.
Sin embargo, hay voces que defienden que el pumptrack es demasiado peligroso porque ahí se mezclan demasiados niveles deportivos diferentes, lo cual puede causar accidentes. Opinan que debería haber dos circuitos: uno para más pequeños o principiantes y otro para deportistas más avanzados.
En mi opinión, eso no es necesario. Si uno observa un poco, tiene comprensión y va con cuidado, todos pueden disfrutar del mismo circuito. Respetando las normas y aplicando el sentido común, el pumptrack es seguro.
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